Cristina Perea, del Bazar de Letras de Barrio Peral, nos regaló este relato tomando como inspiración el cartel de La Mar de Músicas de este año, especial Chile:
Ibrahim, como siempre,
estaba buscando en el vertedero cosas que pudieran servir bien para su casa
bien para vender y sacar algún dinero, cuando de pronto observó algo que
sobresalía en la basura, era como el mástil de un barco. Se fue acercando y
para su sorpresa vio que se trataba de un instrumento musical pero al tirar de
él, todavía se sorprendió más porque había otro enterrado. No sabía que era
aquello, lo más extraño que había visto nunca, era como una mezcla entre
guitarra, bandurria, laúd… ni idea de lo que pudiera ser. Se fue a casa con el
hallazgo pensando en cómo sacarle partido y en esas estaba cuando su hijo cogió
el extraño instrumento y empezó a tocarlo. Por un lado, canciones modernas y
por el otro, canciones populares. Ibrahim se quedó boquiabierto. Poco a poco se
fueron acercando los vecinos al escuchar tan gratas melodías. Se fue corriendo
la voz y pronto empezaron a lloverle
ofertas para dar conciertos.
Y así, gracias a la
banguerra, nombre con el que bautizaron al extraño instrumento, salieron de la
pobreza.
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