24 marzo 2020

Queridos amigos, qué momentos más difíciles estamos viviendo. Ojalá esta situación sirva para que seamos más conscientes de lo afortunados que somos y de las grandes injusticias y disparates que ocurren a diario en otras partes de nuestra casa común. Los asistentes a los diferentes bazares siguen leyendo y escribiendo para sacar algo bueno del tiempo confinados. Hoy nuestra amiga Luci Alcaraz, del Bazar de Letras de Barrio Peral, ha querido compartir estos preciosos versos con nosotras: 



Cae la lluvia sobre un pueblo herido, 
que esconde bajo su techo un corazón encogido. 





Esta rosa recién llovida
es cortesía de
Ángeles Gómez
(Bazar de Letras de la Asociación Amanecer 
de Barrio Peral)

06 marzo 2020

Estimados lectores y amigos,
Se aproxima el 8 de marzo, ese día en el que a las mujeres nos gusta repasar lo que hemos conseguido hasta ahora para tomar impulso y seguir luchando hasta conseguir la absoluta igualdad, en todos los ámbitos de la vida. Hoy queremos compartir una reseña que muy amablemente nos ha mandado nuestra amiga y escritora Marisa López Soria sobre la obra de otra mujer escritora, Clarice Lispector. Seguro que os gusta:


CLARICE LISPECTOR
CUENTOS REUNIDOS
Editorial Siruela



Recuerdo el impacto emocional la primera vez que leí los cuentos de Clarice Lispector. 

¿Cómo no había escuchado antes hablar de esta autora?  Nadie antes me habló de ella ni yo me la había tropezado entre los buenos autores, no tenía noticias, ni la había leído.

Su escritura era tan novedosa como incomparable, pero sobre todo, sus emociones, lo que ella me transmitía lograba turbarme, reconocía ahí mismo las mías propias. Ella era una escritora del siglo pasado que me narraba y me sabía sin conocerme. 

Naturalmente, enseguida indagué, quise saber más. 

Y la supe nacida en Ucrania, como otra de mis autoras favoritas, Irene Nemyrowski, anterior a Clarice Lispector y con peor suerte que esta, aunque con un talento literario tan original y destacable.
Por su parte Lispector, como rechazo, nunca se consideró ucraniana pues que, igualmente judía, había salido huyendo con su familia de los pogroms, la violencia y el hambre hacia América. 

Siempre en uso del portugués de Brasil, país donde llegó a instalarse, su vocación literaria fue temprana. En aquella lengua que amaba, con solo 23 años, en 1944 asombró a los lectores con su primer libro, Cerca del Corazón Salvaje.

A Lispector no se la puede describir, hay que leerla. 

Desde la lectura de sus textos se ha convertido para mí en un referente, lo que no es sorprendente, ya que en la actualidad también lo es como singular representante de la literatura mundial. 

Claro que las cosas nunca son fáciles.



Porque Clarice Lispector escribe textos que no cuentan historias felices, sino sensaciones intensas de lo cotidiano, impresiones de la realidad tan violenta como ascuas al rojo vivo. No es escritora de cómoda definición pues sus historias basculan aquí y allá, de la prosa poética al ensayo, de la autoficción al periodismo, o se anclan al término cuento definido como tal. Pero es que para Clarice Linspector el texto se convierte en mero subterfugio y disculpa para indagar en aquello que le interesa y considera importante: las sensaciones más ocultas y próximas a la angustia existencial, a la búsqueda de la identidad femenina, a la condición en general del ser humano. Me atrevo a decir que Clarice Lispector es una perfeccionista y adelantada a nuestra actual definición de inteligencia emocional.

Sus cuentos, aunque vivió mucho tiempo en Europa, se sitúan en ambientes brasileños, sin quitarle por ello dimensión universal. Sus cuentos son ella misma en busca perenne del mundo interior, suyo y de los otros, sus cuentos son palabra, cuerpo, inteligencia, perversión, perspicacia, sensualidad, chispa y muerte. 

Clarice Linspector sin seguir las corrientes literarias de la época, ha creado la suya propia sin advertirlo, y, sin dejar de explorar los posibles caminos de la creación literaria, abrió fronteras a la indagación filosófica, al retrato psicológico o a la soledad del ser, más allá del dibujo puntual de paisajes y costumbres. Por ella y estas narraciones reunidas conocemos a la escritora de corazón salvaje llena de inquietud, búsqueda y vida.

Vuelvo a la pregunta, ¿por qué no la había leído antes?

 Las razones son varias, no exentas de culpa, pero también lo es el hecho de que a lo largo de la historia de la literatura, la mujer sea una anécdota que en cierto momento resulta de interés y se rescata. Es decir, las mujeres publican a partir de los años 50 y muchas lo hacen adoptando alguna de estas posturas:

a-Imitar el discurso masculino: su lenguaje, sus historias y sus símbolos.

b- Intentar crear un hipotético estilo personal distintivo de lo femenino.

c- Armonizar ambos conceptos en el intento de demostrar como diría Virginia Wolf que es posible una androginia en el arte, es decir la mezcla de los dos sexos en un solo ser.

El caso es que los editores de mediados de siglo encontraron un filón al que se denominó literatura femenina donde las mujeres tenían sexualidad y creaban sus propios personajes y modelos.

Imelda Navajo, investigadora de la literatura de mujeres, comentaba que al leer a las mujeres escritoras se podría descubrir una aportación al esquema unilateral de la ficción masculina.

De hecho no existe una literatura femenina ya que no se pueden agrupar la diversidad de estilos, de lenguajes, de intereses...Lo que sí ha existido y existe es una auténtica y muy valiosa literatura de mujeres.

Y existe una literatura de mujeres como accidente, como existe una literatura del siglo XIX, o la inusual e impactante escritura de Clarice Linspector.

No se la pierdan.



www.marisalopezsoria.com