22 abril 2019

¡Con tantos días de lluvia y cielo gris se nos va a poner el alma gótica! Aquí os dejamos unos poemas de Basi Jorquera para que los disfrutéis.


                       CHARCOS

Pequeños pies,
Pequeñas manos,
Inocentes. 
Saltando, brincando,
Descubriendo,
Como Cristóbal Colón
De oficio descubridor
Botas diminutas, inmensa imaginación,
Como Cristóbal Colón
De oficio descubridor,
Legos, construcciones, castillos
Monsters, mikados, música Amaral, pinturas, juegos en general,
Como Cristóbal Colón
De oficio descubridor,
Pies mojados, chándales empapados
Lunes por llegar, deberes por hacer 
Padres responsables, 
Como Cristóbal Colón
De oficio: Imaginar. 

                   BASI JORQUERA 21-4-19 

A Paula, Sofía, Claudia y Alfonsico. 



  SURFERS

<<Los surfers vuelven llenos de arena y siempre cuentan la historia de Helena... >>
Tras la tormenta, sigue la tormenta
Su resaca
Mar embravecido, espuma blanca
Marea, mar de fondo
Oportunidad de traslado a otra vida
En el tubo de tu ola
Ni siquiera
Salirnos del mismo mar
Que nos acaricia a ti y a mi
Que nos acarició y nos acariciara
Pereza.
Nenicas en bañador
Summer time in spring
Summer time in my heart
And in yours?

                 BASI JORQUERA 20-4-19 



SEMANA SANTA 

Noches de Pasión, noches solitarias
Cae el sol, llega el crepúsculo
Con él tu recuerdo, tus palabras,
Tan cerca, tan lejos
Cuerpo valiente, corazón ardiente
Lo intento, lo intento
El fracaso ronda mi mente,
Flirteo, te necesito
No tengo suficiente, 
Semana de Pasión, alma de blues 
Por ti la Luna moruna, el Sol de invierno y el rocío de la mañana, 
Por ti la vida, la alegría, la pena, el llanto, la risa y la brisa de tu sonrisa.  

                   BASI JORQUERA 17-4-19



 MORTADELO 

Tardes lluviosas, días solitarios
Bares tristes, cervezas viudas
Amargas cascarujas,
Cabellos largos, lolitas en potencia
Parejas con bastón, faldas debajo de las varices,
Frío, humedad,
Ceniceros por llenar.
Alma en vela
Esperándolo todo,
No esperando nada.
Mientras tanto:
Tibia cerveza.

             BASI JORQUERA 21-4-19 



ICUE

Pelotita solitaria, muerta
Que te meces con las olas
Vas y vienes a su antojo
Sin voluntad, pero libre
Un poco + cerca,
Un poco + lejos.
Cobra vida cuando un icue
La coge entre sus manitas,
Pelotita solitaria.
No te marches
Pelotita Marinera.

                   BASI JORQUERA 20-4-19 



ECONOMÍA BÁSICA

Te negaría 1000 veces cien
Y volvería a tu ser, a tu alma, a tus brazos, 
A por ti, otras 1000 veces ciento una. 
Tantas veces como te negara más mil, que es el placer que tú me provocas cuando te veo, ( no mola neoliberalizar el placer) cuando  hablas o te vislumbro entre la multitud con tu cabello dorado, tus zapatos de tacón, nuestra sonrisa aún contenida o cuando todavía espero nuestras conversaciones
aún pendientes; de la venus de milo, de vetusta morla o del color de tu sujetador o de lo mucho que subió el IPC, el año pasado.

       BASI JORQUERA 15-4-19



TORMENTA EN MI CORAZÓN

A pesar de que el día era soleado que, el mar estaba sin borregos o con menos
de los habituales, perfecto para pasar un día a remo con la familia en formato picnic, y la chica que tenía delante dando cuenta de su desayuno alardeaba 
constantemente de cabello natural, rubio y cuyos brillos se asemejaban a los de su amada al reflejar la luz de los rayos del astro rey.

A pesar de todo ello, echaba en falta a su amada.

BASI JORQUERA 11-IV-19

16 abril 2019

Pero qué buenos momentos nos ha dejado este trimestre que se acaba. Ha sido largo pero por eso nos ha permitido tanto y tan bueno. Gracias a todos los que, semana tras semana, os acercáis al Bazar a compartir Letras. Y en especial a Joaquín Campillo (del Bazar del Centro Cultural Tardes) que, amable como es, ha querido compartir este relato con todas nosotras. A la vuelta de vacaciones, seguiremos.



EL FINAL DEL VUELO
           
            En lo oscuro, la melodía que suena remueve dos cuerpos en la cama. La mujer responde al estímulo y eleva sus párpados. La tiranía de la alarma nunca deja de ser eso: un abuso de la máquina sobre el deseo. Casi de forma automática la mano silencia el celular.

            Aromas nocturnos que hay que despedir la llevan a la ducha. Los vapores impiden que su moldeado cuerpo se aprecie nítido tras la mampara. Una toalla, con deleite, envuelve su cuerpo. El uniforme pende de una percha: Falda azul de tubo que cubre las rodillas, chaqueta ceñida al talle, en la espalda, decorada con un fino cordón dorado; en la bocamanga, luce un galón prestado de oro, como corresponde a su categoría; zapato negro con poco tacón, asegura la estabilidad y el movimiento, sin dejar al margen la elegancia; las medias negras se adaptan a las esculturales piernas.  La melena larga se ve obligada a sufrir el trenzado, por la normativa. Vibra la batidora su canción, mientras prepara el batido multifrutas, consuelo de su estómago.  

            Llegar al aeropuerto le supone una hora. La bella cariátide arrastra su pequeña maleta por los pasillos, camino de la zona de personal. Saludos, más o menos sinceros, la colman al llegar al local donde se reúnen las tripulaciones: Azafatas, pilotos, sobrecargos comentan las novedades antes de pasar lista y recibir las últimas indicaciones del vuelo. Allí toma su dosis de cafeína, retoca su maquillaje antes del despegue...  Ya en el aire, comienza su tarea.

            Vuela, al igual que el avión, el tiempo. En otro lugar, Mario cierra el ordenador y mira el teléfono. Han pasado veinte horas desde que su pareja, azafata, despegó; no hay ningún mensaje de llegada en su teléfono. El vuelo a Singapur conlleva dieciséis horas; se extraña un poco. Sale del trabajo. El metro, atestado como siempre, le recibe en su habitáculo lleno de seres que se miran, se soportan y donde cada uno piensa en lo suyo. Él desgrana los últimos momentos que pasó con Marisa, vuelve a pensar en la demora de su aviso. Una costumbre, habitual y normalizada entre ellos desde hace dos años que comparten vida; y todo lo que implica el enamoramiento.

            Entra en el apartamento y la mano obedece al monótono instinto: enciende la televisión. Un latigazo acompañado del espanto se hace presente en su cuerpo. El noticiario de la tarde vomita las tragedias sucedidas: El avión de Marisa ha desaparecido del rádar en el golfo de Bengala. La cabeza entre las manos que agarran con fuerza sus cabellos; los dientes apretados y las lágrimas que afloran...

            En aquel mar, ahora en calma, flotan fragmentos de todo tipo y parte del avión todavía se mantiene en superficie. Un hombre, con chaleco salvavidas, a duras penas consigue nadar hacia una balsa. Cuando llega observa que, dentro, hay una mujer con el uniforme desgarrado, con erosiones en su cara y cuerpo; esta le tiende la mano para que suba a bordo...
           
            —¡Gracias a Dios, nos hemos salvado! —dice él— Usted es Marisa, la azafata que me atendió.
           
            Los dos se funden en un abrazo. Unas horas después, tras oírse un ronroneo de un bimotor, una bengala surca el cielo. Marisa vuelve a cargar la pistola lanzadora; todavía le quedan cuatro.

06/04/2019
Joaquín Campillo Villa 

09 abril 2019

Dicen que la primavera la sangre altera. Pues si andáis revolucionados, seguro que os emocionarán estos versos de Basi Jorquera tanto como a nosotros:


No quiero conquistarte
Como si de solo un castillo se tratara,

No quiero tenerte
Como si de una posesión más tuviera, 

No quiero comerte
Como si de una fruta madura fueras, 

Tan solo quiero bailarte, besarte, rondarte, libarte:
Amarte

Como solo lo quieren dos amantes enamorados. 

                   BASI JORQUERA 9-1-19