31 enero 2018

¿Quién se acuerda de nosotras? Menos mal que Alice Walker sí.
¿Recuerdas?
¿Me recuerdas?
Soy la chica
de la piel oscura
y los zapatos gastados.
Soy la chica
con dientes cariados.
Soy la chica
negra de los dientes podridos
con el ojo herido
y la oreja destrozada.
Soy la chica
que sostiene a sus hijos,
cocina sus comidas,
barre sus patios,
lava sus ropas.
Oscura y pudriéndome
y herida, herida.
Yo daría
a la raza humana
tan sólo esperanza.
Soy la mujer
con la piel oscura bendecida.
Soy la mujer
con los dientes arreglados.
Soy la mujer
con el ojo sanado,
con la oreja que oye.
Soy la mujer: Oscura,
arreglada, curada,
que te escucha.
Yo daría
a la raza humana
tan sólo esperanza.

Soy la mujer
que ofrece dos flores
con raíces gemelas.
Justicia y Esperanza.
Comencemos.
Alice Walker

12 enero 2018

¡Ha llegado el fin de semana! El cuerpo nos pide microrrelatos. Aquí va uno de Basi Jorquera, del Bazar de Letras del Centro Cultural:

EL PODER DE UNA SONRISA
Fue un segundo, qué digo, una  fracción  de segundo: le puse una caña y al pagarme me sonrió como solo se sonríe a alguien especial, a alguien con el que estás a gusto, a alguien con el que no tienes que medir tus palabras o tus gestos, a alguien con el que simplemente eres tú, siempre.
Luego me pasé el resto de mi vida buscándola.
                     BASI JORQUERA 9-X-2017  



05 enero 2018

Por si nos estáis escuchando, por si nos estáis leyendo (que sabemos que sí), por si alguien no sabe lo que es un relato emocionante, aquí va uno de Mª Dolores Hernández, del Bazar del Centro Cultural. 


Por si me estás escuchando

No sabes cómo a veces te añoro ¿Por qué te fuiste de mi lado de puntillas, en silencio y sin haberte conocido? Eras como un sol cuando traspasa sus rayos a través de una ventana y caldea la estancia, el estar unidos era sentirnos en secreto y que feliz era pensando que tu corazón latía presuroso junto al mío. Es tan difícil describir la emoción cuando llevas otra vida dentro de ti. Pero algo no iba bien y la dicha que inundaba todo mi ser, de pronto en mil pedazos se rompió, porque aquél día no era calor lo que desprendía tu cuerpo tan pequeño, si no un frío que recorrió mis entrañas y logró estremecerme. Cuando llegó el temido momento de la cesárea, no me dejaron ver tu carita que debió ser preciosa y debías haber tenido el pelo rubio y los ojos azules como tus hermanos. Ibas a ser una nueva esperanza, la nueva luz que iba aumentar la felicidad de mi hogar y sin poder evitarlo, bruscamente te apagaste llevándote mi ilusión y las ganas de vivir. El tiempo para mí no existía, solo estaba atrapada en la angustia y no podía conciliar el sueño, para calmarme me dieron un sedante y me quedé dormida. Y en ese espacio que estas pero que no sientes, que vives y no quieres despertar…oí la voz de un niño que decía…-mami quiero que sepas lo mucho que te quiero, lo que he sentido no estar dentro de ti hasta completar mis días de gestación y crecer a tu lado arropado con tu amor y cariño. Pero mami no sufras por mí que nacer no es tan sencillo, a veces se llega a este mundo y más valdría no haber nacido, verte llorar es lo que más me atormenta, aunque no conseguí el estar en tus brazos fue tan fácil aprender a quererte. Se que te habías hecho la ilusión y al perderme el mundo te pareció hostil, yo también quise estar jugando con mis hermanos y día a día ir haciéndome mayor, pero mami no estés triste…verás…los que vivís en este planeta tan bonito no lo sabéis todavía, pero yo sí y es un lugar lleno de luz que irradia paz y felicidad y de aquí no me muevo hasta que te unas conmigo-. Solamente una vez llegué a estar en ese mundo donde reinan las sombras y en ellas se pierde lo que más anhelas y lo horrible que es que sin vida te arranquen de tus entrañas a un hijo sin poder llegar a conocerlo.
Mª Dolores Hernández Martínez