30 mayo 2019

Amigos, se acaba el curso 2018/2019. Pero no nos ponemos tristes porque antes de que nos demos cuenta habrá pasado el verano y sus calores y estaremos otra vez abriendo las puertas del Bazar. Además el fin de curso es una oportunidad para leer a amigas como Geli Sánchez (del Bazar de Letras del Centro Cultural, turno de mañana) que quiere compartir con nosotros este "hasta luego".



CIERRE DE CURSO, de Geli Sánchez.

Érase una vez una lectora.
Una lectora que se unió a un grupo con sus mismas inquietudes.
Inquietudes que satisfacía la buena lectura.
Lectura presentada todos los trimestres por una profesora.
La profesora nos dio a conocer nuevos títulos y autores.
Autores como: Eduardo Mendoza, Álvaro Pombo, Ron Rach, Ayanta Barilli, Santiago Posteguillo y Elía Barceló entre otros.
Otros fueron seleccionados para el prestigioso Premio Mandarache.
Un Mandarache con títulos como Lamia, Tu futuro comienza aquí y Los surcos del azar.
No fue el azar el que dio como ganador a Paco Roca con su extraordinaria obra.
Obra que disfrutó la lectora del comienzo de este relato.
Relato que se atrevió a escribir sin ser escritora, tan solo narradora de historias.
Y esta historia no da para un libro, pero sí para cerrar el curso.
El curso del Bazar de Letras de la Universidad Popular.
Y popular es, inscritos hay un buen número de alumnos.
Alumnos con deseos de repetir la experiencia el año que viene.
Y el que viene pisando fuerte es el verano.
¡¡Feliz verano para todos!!



21 mayo 2019

Detrás de una nube se esconde un verso que empuja al rayito de sol que espanta las gotas que nos acompañan por las horas que forman el día llamado martes. Unos poemas de Basi Jorquera para respirar.



PLAZA DE LOS NARANJOS

Trapicheos,
buenos y malos rollos
Pa vivir
Que rule, que rule.
Descanso de turistas
Sin prejuicios
Marroquíes y españoles
Ciudadanos del Mundo.
Cafés, tés con miel,
Cigarros liaos.
Marroquí pa convivir
No perder la esencia
¿Morriña, conquista o todos de Gaiga?
Sin bandera, sin fronteras,
¿Sin Dios, amo ni Patria?
Imagine all the people, living in another world.
BASI JORQUERA 27-4-19


LA VIDA

Arde mi vida
Cual tea ardiente
En hoguera de San Juan,
Cual brasa hiriente y candente
En el puto infierno.
Cual pólvora negra,
Qué sigue su camino hasta llegar al
Petardo más estruendoso, más cegador, más explosivo, más destructivo...
Así me tratas cuando un día y otro y otro me dices que no. Porque no es no. Lo sé.
Pero no puedo evitar ir a verte, a hablarte, a esperar que salgas cuando estoy seguro que no lo harás.
Hoy ha sido un palo en to lo alto.
¿Cómo mo me ves que no lo ves?
O si lo ves...

BASI JORQUERA 30-4-19


REY DE COPAS

Cuando te sientes mal
Déjate guiar por tus pasos,
Tu olfato lo resolverá.
Y aquí me hayo.
En la mismica puerta
De la que fue mi casa
Muchos años:
Señora Isabel, litros y litronas
Porros, canutos, petas,
Hachis y María, ¡Oh, dulce María!,
Tequila barato, sal y limón
Barra sucia, aseos peor,
Sin música pero todo a su alrededor,
Punkies, rockers, poperos, pijos,
Mods,
Jóvenes sin igual
Todos sentados fumando pipa de la paz,
Nenicas, novias, novietas y amigas sin par,
Jóvenes sin igual,
La Polla, Loquillo, Nacha Pop, Hombres G, Brighton 64 y
Ariadna Gil, única entre mil,
Jóvenes sin igual,
Jóvenes sin par.
Únicos en el lugar.

BASI JORQUERA 9-5-19


A MARÍA

Te echo de menos,
Como el  alto mástil a su bandera ondeante,
Como la tabla al tubo de su big one,
Como el risco a la montaña,
Como la  blanca gaviota unos días al lebeche y otros al levante.
Como una madre a su hijo,
Como un abuelo cariñoso a sus nietas,
Como el camello a sus yonquis
Y el yonki a su chute.
Así echo yo de menos tu cuerpo, que nunca ha sido mío,
Tus labios pequeñitos y rojos carmín , que nunca he besado,
Tu susurro a mi vera, que lo anhelo.
Así es como te echo yo de menos,
Como el cielo nocturno a la luna moruna y la Vía Nívea
Y los girasoles al sol de invierno.
Así te echo yo de menos.
Y las conversaciones con cañita y Marinera,
Crianza, Reserva o Gran Reserva
Que lo mismo da que da lo mismo.
Escuchando a Vetusta, Los Secretos, Coldplay o León Benavente ("jeje").
Así es como te echo  yo de menos, María de la O.

    BASI JORQUERA 7-5-19


CAMINO A...

Pasan coches...
Antes franceses, italianos,
Alemanes, americanos,
Made in Spain,
Ahora japoneses, coreanos,
Chinos, eléctricos, híbridos,
Qué futuro más
... Por la ventanilla del bus.
Pasan los regadíos, las vetustas viviendas campestres solitarias, aisladas, las pinadas carrascas,
Las nubes blancas sobre fondo azul,
La gente que va y viene,
Que se mueven como hormigas inquietas en hormiguero asediado,
¿Dónde irá tanta peña?
¿No podría viajar yo solo?,
Noooo, ¡qué aburrido!
Sin peña, sin gente, sin coches que pasan,
Sin personas que se mueven cuál hormigas inquietas en hormiguero asediado.
BASI JORQUERA 10-5-19


QUIOSCO

Gentes que pasan, icues que corren, saltan, lloran, juegan,
Gentes que vuelven.
Que pasarán, que volverán a pasar,
Se paran, toman una caña, o dos, o tres y una marinera o dos o  tres,
Lo que de el bolsillo, o las ganas, o el aguante,
O el solecillo de la mañana,
O la brisa de la tarde.
O la luna moruna y la conversación las noches frías de invierno,
Y la luna llena de verano y el cielo estrellado.
Juventud mezclada con juventud acumulada.
Silletas, madres, padres, Pelotitas que van y vienen.
All stars abajo, Dockers más arriba, jerseys en los hombros,
Marlboro entre los dedos y los labios,
Foulars de colores al cuello.

Ficus centenarios asesinos disparando sin piedad sus frutos rebotados.
Cabezas heridas y cuerpos asustados.

Cañas bien echadas, camareros y camareras (lo políticamente correcto) amables, simpáticas, guapetonas, y bienintencionados.
Mola el quiosco de la Plaza San Francisco.



14 mayo 2019

Buen martes, amigos del blog. Nuestra compañera Pilar nos sigue acompañando con sus relatos y hoy ha querido compartir con nosotras este hilo de esperanza:



Tallado de papel
Mayo.
Un hilo de esperanza

--Dígame, ¿en que puedo ayudarle?
-- ¡Voy a quitarme la vida!
-- ¿Lo ha pensado bien? Mire que no tenemos más que una…
-- ¡No quiero seguir viviendo!
 --Yo se lo digo de todas maneras, el que avisa no es traidor,  para que  no se lamente, cuando ya no haya vuelta atrás.
 --Cómo voy a lamentarlo,  si tengo una vida de mierda.
--Si usted escuchara las desdichas que yo oigo cada noche, pegada a  este teléfono, vería que en todas partes cuecen habas.
--A mí no me consuela que también sufran los otros. A  mí me duele mi dolor.
-- Y a mí, el mío, pero a veces distrae secar  lágrimas ajenas.
--Yo  no estoy llorando, sólo quiero dejar esta vida penosa.
--¿Puedo tutearte?
--Claro.
--Ya tienes pensado como vas a hacerlo…
--Si, me tiraré del viaducto
--¡No, por Dios, no hagas  eso!
--¡Bah!, no Importa la forma, el caso es irse…
--Pues no, se ve que no tienes ninguna experiencia como suicida.
--No estoy para   bromas, voy a colgar.
--Pues  tú te lo pierdes.
--¿Qué me pierdo?
--Mira, chico, yo he  tratado   dos veces  de suicidarme, ¿no crees que podría ayudarte a dar ese pasó de la mejor manera posible?
--No  creo que matarse sea más o menos feo,  eso son sandeces.
--El último acto de la vida debe tener algo especial, ¿no has oído hablar del canto del  cisne?
--No  intentes jugar conmigo, voy a quitarme de en medio, estoy decidido.
--Vale, pero antes, date un gusto, un placer final. Yo  me puse música,  la más linda, y me  preparé un vermú blanco con hielo, lo fui bebiendo a traguitos cortos,  mientras escuchaba mi melodía.
--Y ¿que fue lo que falló?
--El corte fue superficial.
Me desperté medio borracha y perdida de sangre, pero me desperté y aquí sigo.
--Pero volviste a intentarlo.
 --Sí, y no voy a decirte cómo, es demasiado humillante,  eso no  te lo cuento. Pero te aconsejo que busques algo para amenizar la despedida. Esta noche sopla  viento de levante, si te tiras por el viaducto, darás cuarenta tumbos antes de llegar al suelo, te golpearás con los pilares y forjados del puente,  acabarás destrozado, hecho un pingajo.
--¡Cállate!
-- Es así como te digo, deberías buscar otra manera y pensar también en esos últimos  momentos,  que pueden ser la  última felicidad.
--¿La que tú conseguiste en tu segundo suicidio?
--Tomé pastillas, muchas, pero no fueron suficientes.
-Salieron por todos los  orificios de mi cuerpo.  Vómitos, orina,  heces,  lagrimas y vermú, al ritmo de Only You.
 --Te has dado por vencida.
-  Si. Ahora que te he contado mis fracasos, ¿no quieres decirme qué te duele tanto?
–Estoy solo.
 --¡Cómo que estás solo! y yo,  ¿no pinto nada?
-- Tú eres sólo una voz al extremo de un hilo.
 --Oye, que vayas a matarte,  no te da derecho a ser grosero.
--Para mí, la compañía es presencia y calor, tú eres una voz que juega conmigo.
--Te entiendo,  sólo hay una forma de convencerte de que soy real y no juego contigo vente para acá, podemos, entre los dos, preparar un bonito adiós y pensar en formas distintas de morir. Si me convences, te acompaño, nos vamos juntos.
--Y ¿dónde estás,  cerca o lejos,  en este mundo o en el otro?
--Estoy en la calle  Esperanza 7, quinto piso. Puedo mandarte un taxi, si quieres, dime sólo cómo vas vestido y dónde estás.
-- Cazadora marrón y vaqueros,  calle Soledad ,1.
--¿Alto, flaco rubio?
--Flaco, renegrido, desesperado.
--Y ¿te llamas?
-- Félix.
– Casi como el ave fénix…
--La voz  es de Lupe.
Dime, Félix, ¿cual es tu música?
--Fandangos.
-- El taxi es verde, irá muy rápido. Voy preparando el té con albahaca y miel.  Marchando un fandanguillo. No te tardes, chico, que me pesa tu soledad y  la mía.

Pilar.




02 mayo 2019

Buen lunes o buen jueves,
Se acerca la Gala Final del Premio Mandarache y queremos compartir con vosotros este relato que nuestra amiga Geli Sánchez García (del Bazar de Letras del Centro Cultural, turno de mañana) realizó tomando como fuente de inspiración ese épico cartel de la edición 2019. 



Una pequeña historia dentro de la Gran Historia



La imaginación vuela, por lo tanto no se le deben cortar las alas, hay que dejarla ir a su aire aun cuando aparezcan historias mágicas.
Y esta que tengo en mis manos lo es.
Si miramos hacia el medievo a nuestra mente acuden los castillos como elemento representativo. Imponentes castillos de piedra que se elevaban sobre las colinas dominando kilómetros a la redonda. Uno de ellos es protagonista en esta historia, al igual que Lady, una avezada amazona que recorre la campiña inglesa de finales del XIX a lomos de su cuadrúpedo.
En una nublada tarde la dama en cuestión se aleja demasiado de su casa de campo, tanto como para adentrarse en territorio desconocido a lomos de un animal de leyenda. El suyo es un mitológico unicornio de papel parduzco con letras impresas en tinta negra salido de ese invento llamado imprenta que surgió en el Renacimiento.
Su destino es el lejano castillo recortado en el horizonte que la atrae, la llama, la tienta..., no así la moderna construcción que hay al lado.
En su camino por el verdeante campo Lady detiene su montura junto a un solitario surtidor de gasolina americano de los años cincuenta pintado de un rojo tan intenso como sus vestimentas.
Su unicornio evidentemente no necesita de un surtidor, tampoco de la apetecible hierba fresca que hay bajo sus cascos.
Sigue queriendo llegar al castillo, pero antes decide curiosear por un torreón de piedra semioculto invadido de hiedra. Desmonta y decidida se adentra en él pasando bajo su arco de entrada. En realidad, es una torre vigía del siglo XVI abandonada tanto tiempo atrás.
Dentro está oscuro pero la pálida luz del exterior le ofrece la visión de un bulto inmóvil. Sin miedo se acerca y lo coge, es una bolsa. O más bien una mochila de color anaranjado con bolsillos y adornada con abundantes hojas verdes en plan camuflaje. La mochila olvidada de un explorador, tal vez del propio Doctor Livingston. Mira dentro y aparece un viejo casco de motorista con gafas incluidas, no duda en ponérselo, le gusta, lo encuentra práctico y cómodo para cabalgar, así evita de su rostro los distintos insectos que pululan por el campo. Con ambos objetos continua su camino hacia su destino final.
Cerca de una arboleda, a los pies del castillo, una nube de pajarillos salen volando oscuros sobre el cielo gris, como palabras que se lleva el viento.
El castillo del siglo XV es una inmensa mole de piedra oscura perteneciente a sus antepasados. Sus murallas, sus almenas, su torre del homenaje… ella todo mira ensimismada. Lo contempla con una sensación de nostalgia, parece un edificio frio y lúgubre, solitario y triste, pero a ella le gusta.
En su parte norte se elevan hacia el cielo otras torres, otras almenas, pero de hierro. Esqueletos retorcidos que avanzan hacia las alturas. A Lady no le gusta esa construcción llamada fábrica. Un engendro del siglo XX.
El tiempo se agota, la tarde plomiza va desapareciendo porque el manto oscuro de la noche quiere sumirlo todo en sombras y entonces… nada es lo que parece y esta historia… no existe.

FIN