23 abril 2020

¡Feliz Día del Libro! Hoy vamos a compartir el relato que Alicia Castro, del Bazar del Centro Cultural turno de tarde, creó inspirándose en la portada de Oliver Twist, el clásico de Dickens. Para que nunca se nos olvide que los libros son el mayor tesoro.


LA INFANCIA ROBADA

Samir es un niño que vive en un campamento de refugiados, un cooperante observa que deambula todos los días con un libro debajo de su magro brazo.

Un día se acerca a él y le pregunta qué se narra en el libro, a lo que el niño le responde que es la historia de Oliver Twist.

Si lo has leído podrías pasarlo a otro niño, le dice.

Samir lo mira con sus profundos y tristes ojos y le contesta que no puede porque es su almohada.

"Por la noche, en la fría tienda, solo cuando apoyo mi cabeza en él me permito soñar con un mundo diferente".


20 abril 2020

¡Buen lunes, amigos! Seguimos obligados a mantener nuestros cuerpos confinados pero nada hace que mantengamos nuestras mentes enclaustradas. Todo lo contrario, volamos por los mundos que nos ofrecen las Letras, transitamos los tiempos y los espacios que nos abren los libros, recorremos el aire que nos trae la brisa de la Literatura. Hoy queremos compartir con vosotros este inquietante relato que Geli Sánchez García, del Bazar del Centro Cultural turno de mañana, ha creado tomando como inspiración la portada de Oliver Twist. 


SOMBRA DE BLANCO SOBRE NEGRO


Se contaba… Se rumoreaba… Que existió un niño, un pobre chaval de ocho o diez años que deambulaba por la ciudad. Un jovencito descuidado y harapiento nacido de las cloacas, o lo que es lo mismo, del viejo Londres, esa parte de la ciudad que se sabía que existía pero que nadie de “bien” nombraba.

Oliver, así le pusieron de nombre, vagabundeaba por callejones oscuros, entre mendigos y basura. Solo salía de su escondrijo al caer la noche, cuando la policía dejaba de patrullar las abarrotadas calles. Ningún huérfano deseaba dejarse coger. Si incierto era su futuro día tras día, en la cárcel…

Se le veía de vez en cuando con algún mendrugo de pan o con una manzana podrida deambulado por las calles cercanas al río. Descalzo, con pantalones arremangados y un tirante roto, arrastrando por el suelo. Y en alguna ocasión con una gorra robada o un viejo sombrero descartado.
Siempre solitario y taciturno.

E igual que se dejaba ver, un día despareció. No se sabe si la policía lo cogió o quedó mal parado de una pelea o lo tiraron al Támesis.

Aunque hay quien asegura que ha visto cierta silueta a medianoche. Vagando entre la niebla.


                                              


07 abril 2020

Queridos amigos confinados,

Ay, qué distopía nos ha tocado vivir. Menos mal que nos refugiamos en las letras que leemos y en las que escribimos. Hoy nuestra amiga Alicia Castro, del Bazar del Centro Cultural turno de tarde, ha querido compartir con todos nosotros el relato que ha escrito inspirada por el cartel de esta edición de La Mar de Músicas. El año que viene bailaremos el doble, nos abrazaremos el doble y celebraremos la vida el doble.


HABANERA

La señora Micaela, Mica para sus conocidos, tiene una nueva cuidadora, que todas las mañanas la lleva de paseo al Malecón.

Mientras empuja su silla, va canturreando una habanera, que le enseñó su abuela.

De repente, Mica, que lleva años sin decir una palabra la mira con una pícara sonrisa, de niña pillada infraganti y dice:

Esta noche él vendrá a buscarme.


Él, que le cantaba esa canción a la luz de la luna acompañado por la música del Buena Vista Social Club.