¡Buenos días! Esperamos que estéis todos bien. Nosotras estamos, una vez más, refugiadas en la Literatura que tanto conforta y ayuda a desarrollar la resiliencia. Esta semana, M Carmen Meroño, del Bazar de Letras de La Palma (¡aunque ella es galilea!), ha querido compartir con todos nosotros su relato inspirado en un sonido. Seguro que os gusta tanto como a nosotras.
¡AY, RÍO!
El rumor del agua me hacía sentir su fluir mágico dentro de mí, era un bálsamo que inundaba mi cuerpo. El riachuelo era escueto, pequeño, cristalino, manso, pequeñas pozas permitían el reflejo del sol brillante y cegador. El verde de tus veredas se reflejaban en tus aguas.
¡Ay, río! Cómo jugaste con mis sentimientos, rompiste mi armonía y destruiste mi paz.
Has sido como un marido infiel, que hace saltar por los aires todo en un momento de arrebato. Estabas celoso de mi paz, no mediste consecuencias, ni dolor, ni desolación, ni siquiera mis gritos de auxilio, estabas furioso.
¡Cielos! ¿Qué te hice? Caíste sobre mí como un ave rapaz, que arrebata la vida a un polluelo indefenso. No, no, traicionaste mi confianza, te vendiste a unas nubes que con sus lágrimas te ofrecieron más amor que yo.
¡Qué falsas fueron! ¿Cómo consiguieron tu favor? ¿Qué trueque hiciste con ellas?
¡Ay, río! Has desoído el clamor, el llanto, el dolor de los que te amábamos. Te vendiste y no le plantaste cara a la nube siniestra.
Ve y cuéntale que dejaste a los tuyos sin amparo, que su amor se ha convertido en odio y que recuperarte te costará toda una vida, una vida igual a una eternidad.
La confianza no se repara, se gana.
¡Ay río! ¿Cómo pudiste hacerme esto?
Precioso relato
ResponderEliminarMaravillosa descripción de la Dana, culpando a ese río inocentemente enamorado.¡Gracias Isabel!
ResponderEliminarGracias, por supuesto a Mari Carmen meroño
ResponderEliminarEl relato es fantástico, expresa un profundo sentimiento
ResponderEliminar