20 diciembre 2017

Bueno, bueno, bueno...estamos que nos salimos. Aquí va otro relato genial, esta vez de la mano de Basi Jorquera del Bazar del Centro Cultural. Y también es uno de esos relatos que participaron en el IX Certamen Alzabara. Seguro que os encanta:

ODA A LA VIDA
Solamente una vez cerré los ojos definitivamente y esto es lo que me perdí ese día y los posteriores:  un amanecer que inunda el cielo de un rojizo vivo y dinámico que va tornando a un anaranjado conforme clarea el día, y un trinar de pájaros al despuntar la mañana que te hacen encarar ese momento y los que se avecinan con un ánimo recobrado; una ducha con agua templada que te despeja y reconforta y te quita las telarañas que durante la noche se han apoderado de tu cuerpo y de tu mente; un café con un crujiente croissant y mermelada de fresa que caen en tu estómago como un regalo culinario a esas horas del día; una lectura sosegada que te hace viajar por parajes y sentimientos que de otra manera no llegarías ni a intuir en tu apacible vida; una llamada inesperada de tu mejor amigo contándote y compartiendo contigo, y sólo contigo, que la noche anterior cuando lo dejaste en el bar con la penúltima cerveza en la mano, ligó con la pelirroja del piercing en el labio; un paseo por la playa con los pies descalzos sintiendo, ora la tibieza de la fina arena, ora la frescura del mar, y observando lánguidamente el ir y venir de las blancas gaviotas en el azul celeste; una cervecica fresca acompañada por unas almendras en una terraza sintiendo el calor de mediodía del astro rey en la cara mientras ojeas, solo, las noticias del diario; el deleite de pensar que cuando llegues a casa te vas a cocinar una patatas y unos huevos fritos con puntilla que ni un marajá los sabría apreciar mejor que tú; una siesta reparadora de esas en las que estás a gusto en el sofá cerrando y abriendo los ojos todo “ensoñiscao” viendo cualquier cosa en la tele; el disfrute de escuchar por enésima vez in Utero de los Nirvana y quedarte otra vez colgado con las guitarras sucias de los de la banda de Kurt Cobain; dejar pasar la tarde y probar por primera vez un té pakistaní con leche y mucho azúcar en compañía de tus amigos de toda la vida dejándote mecer por su conversación; andar ya camino de casa y encontrarte inesperadamente a María, tu ex que todavía no es tu ex, y tomarte una cañas cenando y hablando de si terminar la noche en su casa o en la tuya; ir camino de casa, solo, y agradeciendo tu suerte por haberos encontrado, cuando ya enfilabas tu casa acompañado, al ex de María, que sí es su ex, y que ésta haya decidido, al final, irse con él porque si os hubieseis acostado sabes que la hubieses cagado otra vez; llegar a casa cansado, ponerte el pijama y las zapatillas, abrirte una cerveza y ponerte Radio Nacional de España para terminar el día relajado y escuchando lo que la jornada ha dado de sí; arrebujarte con el edredón en la cama y terminar de leer esos capítulos que te faltan para saber quién se ha cargado a la enfermera rubia que murió en el capítulo dos; y cerrar los ojos recreándote en el hecho de que ha sido un bonito día y sabiendo que no los vas a abrir más porque los has cerrado definitivamente al principio de este relato.
Descanse en paz.
                                                        BASI    JORQUERA      13-11-2017

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