Seguimos disfrutando con los relatos premiados de nuestros alumnos.
En esta ocasión, este relato que pone nuestro mundo patas arriba y que fue premiado en el Certamen Alzabara de la Asociación de Mujeres de La Vaguada, es de Basilio Jorquera del Bazar del Centro Cultural. Esperamos que lo disfrutéis a sorbitos.
LA PÓCIMA

Veía
geriátricos atestados de monjas quinceañeras alimentadas y cuidadas por
punkies, siniestros y rockers sesentones. Marroquís y ecuatorianos trabajando
para grandes y solventes bancos dándole crédito a caucásicos ávidos de dinero
para mantener a familias numerosas
desestructuradas. Enormes estadios atiborrados de analfabestias para
presenciar campeonatos de ajedrez a diez bandas. Filas interminables de coches
de alta gama haciendo cola para pillar un bocata de tortilla española y una
Casera con vino peleón Don Simón.
Famosos presentadores televisivos sentados en sus programas
entreteniéndose viendo a gente anónima como leen a Eduardo Mendoza o Pérez
Reverte, Platón o Santa Teresa. Conciertos de flauta, piano y guitarra en salas
con raperos nerviosos y niñas devotas del reggaetón.
Veía
a ricos y poderosos rebuscando, con un palo, en los contenedores de basura, y
pobres de solemnidad tomando whisky caro en salones aterciopelados, discutiendo
de alta política y hablando de prósperos y suculentos negocios. Vacas, pollos y
terneros despellejando humanos para dárselos de comer a sus hambrientos
semejantes. Valles, campos y montes boscosos dejando su podredumbre en todas y
cada una de nuestras lujosas y límpidas casas. Mares, ríos y lagunas calmas
como balsas de aceite repletas de peces y animales acuáticos varios, tomando
conciencia de su lugar en el mundo y en la madre Gaia.
Solamente
una vez tomé una dosis de poción mágica,
y mira lo que vi.
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